

Hábitos Alimenticios
El sentarnos a la mesa día a día para ingerir nuestros alimentos es también un momento de aprendizaje.
En la infancia es de suma importancia ir asentando los diferentes aspectos de desarrollo que están alrededor de la comida.
En este momento, nutrimos el cuerpo, los sentidos, el intelecto y las emociones.
A través de combinaciones balanceadas de proteínas, grasas y los diferentes grupos de carbohidratos, se busca nutrir el organismo de los pequeños.
La elaboración de los platillos cuida el uso de ingredientes originales en su estado más natural. Se evita el uso de ingredientes procesados o con conservadores.
Los niños durante su mañana de juego, exploración y descubrimiento queman muchas calorías y necesitan de nutrientes que impacten directamente su organismo.
Al comer intervienen también los sentidos. La vista, el gusto y el olfato se ven involucrados en este proceso; es por esto que el momento de comer no solo nutre el cuerpo sino también otras áreas del desarrollo del niño.
Los platillos variados en su color, sabor, textura y aroma estimulan y enriquecen el desarrollo sensorial de nuestros pequeños.
Parte de los objetivos de nuestro programa alimenticio es precisamente abrir la oportunidad a otros sabores y otras texturas, y por lo tanto se le abre la oportunidad a otros nutrientes.
Los pequeños se interesan por conocer el nombre de los ingredientes, la procedencia de los platillos e incluso disfrutan participar en la elaboración de alguno de ellos. A través de los alimentos también nutrimos el intelecto.
Sentarse con sus amiguitos a la mesa, compartir y agradecer por los alimentos, reflexionar sobre el esfuerzo de las manos que estuvieron involucradas en su elaboración, fortalece las emociones y vínculo de cada niño.